Desde los albores del siglo XX, cuando la aviación comenzó a surcar los cielos, Almería tuvo claro que este medio de transporte podría suponer la salida de su aislamiento secular. Sin embargo, su compleja orografía circundante fue causa de una fuerte restricción para estos deseos y para las primeras aerolíneas que operaron en la Península. Esta ubicación supuso que la escala en este territorio no fuese una opción adecuada. Si a esto unimos la precariedad industrial y agrícola de la región, es fácil suponer que no fue fácil conseguir que las compañías fuesen proclives a proporcionar servicio a esta ciudad. Fue necesario el nacimiento de una nueva industria, el turismo, para que las autoridades locales y provinciales obtuviesen del Gobierno las ayudas necesarias para la construcción de un Aeropuerto, hace ya cuarenta años. Un aeropuerto que ha sido puerta de entrada desde entonces para numerosos pasajeros y por supuesto aerolíneas, y que han permitido la comunicación de esta periférica provincia con multitud de destinos, especialmente en los últimos años, a raíz de la operación en dicho.
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